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Rosquillas de Gondomar

El municipio de Gondomar cuenta con una larga tradición en la elaboración de rosquillas. Es un imprescindible de cualquier feria, romería religiosa o fiesta popular que se precie. Es complicado llegar a uno de estos eventos, en cualquier punto de Galicia, y no encontrarse con un puesto de venta de rosquillas. Las hay de distintos tamaños, formas y testuras. Solo tiene una cosa mala, y es que, cuando te comes una, tienes que comerte otra más.

Harina de trigo, margarina vegetal, agua, azúcar, miel y anís son algunos de los ingredientes que debidamente mezclados dan como resultado el dulce tradicional y característico de Gondomar. Además, en la mayoría de los casos, el proceso de elaboración de este típico dulce gallego se mantiene fiel a los métodos originales, sin máquinas ni conservantes.

En el resto de España se las conocen con diferentes sobrenombres; las tontas, las listas, las de Santa Clara, las francesas, … y son muy populares en Semana Santa, sin embargo, dependiendo de cada provincia y comunidad, podemos encontrar nuevas versiones de las mismas con su propio toque personal, añadiendo otros aromas, ingredientes o glaseados.

El origen de las rosquillas

Según la creencia popular las rosquillas ya hicieron su aparición durante la época del Imperio Romano pero, hasta fue hasta la Edad Media que no se extendería por el resto de Europa. Se cree que esta expansión podría tener relación con momentos de hambruna, en la que se necesitaba producir un alimento con pocos medios, en grandes cantidades y con una buena durabilidad.

La primera mención de este dulce, en un texto en gallego, data del 1746, en el escrito de Frei Martín Sarmiento, titulado como Coloquio de 24 gallegos rústicos. Habrá que esperar al año 1865 para que aparezca la primera mención en un diccionario de lengua gallega, escrito por por Juan Manuel Pintos Villar, en su Vocabulario gallego-castellano. Además Eladio Rodríguez describe en 1958 las rosquillas de yema de huevo de Ribadavia, como masa doce y delicada, que se forma en figura de roscones pequeñas. La tradición cuenta que estos dulces llegaron al resto de Galicia de las manos de los judíos, sin embargo, a día de hoy no se puede confirmar.

La provincia de Pontevedra es la zona de mayor distribución, pero también se pueden encontrar en el resto de Galicia. Hoy en día las más famosas son las rosquillas Cristaleiro de Gondomar y las de Ancla de Ponteareas. Sin embargo otras zonas de Galicia, como las de Ribadavia, las de Melide y las de Silleda son muy populares.

La fiesta de la rosquilla de Gondomar

Esta fiesta se celebra normalmente a principios de Julio. La primera fecha de la exaltación de la rosquilla de Gondomar fue en 1992, sin embargo, estuvo unos cuantos años sin celebrarse, entre 2006 y 2017. La Fiesta de las rosquilla antes de ser suprimida fue reconocida con el título de interés gastronómico y cultural de Galicia. En estos últimos años, despúes de su desaparición y de su posterior recuperación, la popularidad de está fiesta incremento considerablemente, llegando a distribuir alrededor de 3000 paquetes de rosquillas en un día en su última edición.

El producto exaltado son las rosquillas blancas y hojaldradas además de otros dulces como son los melindres y boleardos. Además, en una taza de barro, conmemorativa del festejo, se puede degustar el vino verde de Portugal y el vino del país de la zona.

La cita siempre va acompañado de un programa de actos paralelos donde además de las rosquillas se puede disfrutar de música y actividades para grandes y pequeños durante toda la jornada.

Desde Vigoplan nos hemos puesto en contacto con Francisco Gabriel Jorge Álvarez, Gerente de la empresa Rosquillas Cristaleiro o, cómo el mismo se denomina, la próxima generación.

¿Cómo son los inicios de rosquillas Cristaleiro? 

Roquillas Cristaleiro proviene ya de unas generaciones atrás. Podemos remontarnos a papeles escritos alrededor del año 1900. Ahí la empresa trabajaba con panes y productos de panadería, sin tocar el dulce. Las rosquillas surgen un poquito después sobre los años 20/30. En estos momentos empieza a haber las primeras producciones de rosquillas para ferias, fiestas y romerías. Antaño en Galicia, las rosquillas eran cómo una moneda de cambio. Los vecinos llevaban sus rosquillas a las ferias y mercadillos para cambiar por legumbres, patatas, verduras… Lo fuimos haciendo poco a poco. Empezamos con la rosquilla blanca, la tradicional. Una rosquilla agalletada, dura y cubierta de azúcar glas.

¿Cómo se introdujo dentro de esa producción profesional la rosquilla de hojaldre?

La rosquilla de hojaldre surge de probar nuevas recetas y elaboraciones. Hoy en día es muy importante adaptarnos a todos los públicos, por ejemplo, tenemos unas rosquillas hechas de productos vegetales para que puedan ser consumidas por todo tipo de intolerantes. Lo cierto es que la rosquilla de hojaldre ha tenido una aceptación muy buena siempre, se ha adaptado a todo tipo de gustos y paladares. De hecho, hay una demanda claramente superior de la rosquilla de hojaldre pero estamos recuperando bastante el consumo de la rosquilla blanca. 

¿Todo el proceso de elaboración es artesanal? 

Siempre conservamos los procesos hechos a mano. Los envasados cambiaron pero nosotros seguimos sin utilizar conservantes ni atmósferas modificadas en el envase. Es un producto para consumir fresco. De ahí nace que tengamos un poco de inconvenientes a la hora de cumplir los plazos, ya que hablamos de un producto para consumir fresco. 

¿Por qué son tan difíciles de conseguir las Rosquillas Cristaleiro?

Esto tiene una explicación, tratamos de evitar supermercados y grandes áreas porque tienen otro tipo de productos. Estamos hablando de productos de grandes cadenas que se puede almacenar durante bastante más tiempo que nuestras rosquillas. Nuestra filosofía es vender un producto fresco, no nos vale dejarlo en una estantería durante un largo período. Nuestras rosquillas son un productos natural y muy delicado. Tienen que venderse en una situación en concreto donde sepamos que se van a vender. 

Vuestra venta es sobretodo en fiestas, ferias y eventos … ¿Habéis tenido que reinventaros a raíz de la pandemia?

El covid nos afectó bastante por el hecho de que nuestro mercado y nuestra venta depende de la venta puntual en mercadillos, ferias, fiestas… situaciones en las que haya multitudes. Por ello, decidimos hacer una venta directa de fábrica al consumidor, una venta online en la que nos abrimos un poco al exterior, tuvimos demasiada demanda. Ahora en los principios de la nueva normalidad se nos desmoronó un poco la fabricación, ahora decidimos parar la venta online hasta que el mercado no se estabilice un poco. Es un producto que lleva un proceso de amasado y reposo. 

¿La venta online os ha llevado a recibir pedidos de toda España?

Nos sorprendió mucho porque nuestro mercado siempre ha estado enfocado en Galicia. Es bonito que pruebes un producto que no encuentres en ningún lado y lo puedas encontrar mediante la venta online. Nunca pensé que nuestras rosquillas llegarían a pueblos al otro lado de España. 

¿Cómo veis o enfocáis las ventas cara al año 2022?

Nuestros planes para el 2022 es acercarnos un poquito a la normalidad. Es decir, recuperar la venta puntual de rosquillas cuando hay aglomeraciones de gente; ferias, romerías, fiestas. Sin duda, tenemos que ser muy cautos pero espero que el próximo año sea un año normal. 

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