Si hubo algo que nos alegró a muchos los días de confinamiento vividos fue invertir nuestro tiempo en hacer postres caseros. Sin duda, se convirtió en una buena forma de entretenerse y experimentar con las manos en la masa. Sin embargo, aunque la repostería casera nivel amateur está bien, ¿quién no la cambiaría por un dulce recién elaborado por las manos de un profesional?
Es el caso de Petit Cake, una tienda especializada en repostería creativa en Vigo. Desde que abrieron sus puertas, hace más de 10 años, trabajan cada día con el objetivo de hacer tartas personalizadas. También se encargan de toda la parte dulce de cualquier celebración ofreciendo a sus clientes la excelencia en servicios que satisfagan sus necesidades.
Desde este pequeño paraíso de los dulces creativos nos cuenta cómo les ha afectado la crisis el confinamiento y la posterior vuelta a la nueva normalidad en Petit Cake.
Petit Cake, su vuelta a la normalidad
¿Qué medidas tomaste y tomarás frente al COVID19? ¿Cómo te afectó la cuarentena? Cuando se cerró todo por la alarma sanitaria, comencé a pensar qué podía hacer al volver a abrir para que el negocio siguiera funcionando como lo hacía justo en ese momento. En ese momento todo el tema online estaba funcionando súper bien. Así que decidí hacer entregas a domicilio y fue una gran idea. Funciona genial, es mucho más trabajo pero fue muy buena solución.
¿Cómo ves el futuro dentro de unos meses dentro de tu sector? Espero y deseo que no bajen mucho la ventas y que por lo menos logremos salir adelante.
Como Empresa Gallega, ¿Qué nuevos servicios o productos quieres aportar a tus clientes? Me quiero centrar en la venta online. Por esta razón, estoy creando la tienda. También hemos sacado nuevos productos. Por ejemplo, ahora hacemos desayunos a domicilio y funcionan muy bien.
¿Cuál dirías que es actualmente el producto más demandado por los clientes? Las tartas con muñecos es, sin duda, el más demandado por mis clientes en estos momentos.
Más información en su web.
Fotografías petitcake_facebook
Artículo escrito por Uxía Rodríguez
